1 feb 2006

Aun por la Ruta de la Seda...


¡Dormir sin tus brazos de almohada mía,
lleno el jardín de nieve burbuja,
en noche tan fría!

Ya no distingo la noche del día.
Cuando tú sueñas, ¿no se te aparecen
las entrañas mías?

Para estar queriendo como quiero yo,
más me valiera ser tronco o roca
insensible a todo.

Es que va a venir dos veces la vida,
¿Tan evanescente? ¿Por qué dormir solo
si tu compañía?

¡Cómo padecía viéndote en mis sueños!
Y desperté, hice por tocarte,
y no hallé tu cuerpo.

De noche mi cuarto lo dejaba abierto
para esperar a la que me dijo
que vendría en sueños.

No van muchos días desde que te vi,
y me estoy volviendo loco, más que loco
por querete a ti.


Otomo Yakamochi (785 a.C.)


Me valdría más volatizarme
como el roció de las lespedezas,
que penado amarte.

Como voz de grulla cuando ya alborea
la madrugada,
mi pena persiste, mi querer aumenta.

Cuando de quererte yo languidecía
se levantó el viento de otoño,
y la luna caía.

Ven, entra y sal
por entre las rendijas
que hay en mi persiana.
Y si mi madre
me pregunta quién es,
le diré que es el aire.

Si de verte en sueños ya no cabe más
lo que te quiero,
¿qué será si logro verte de verdad?

¿Qué viene después si muero queriendo?
Yo quiero verte
los días que siga viviendo.

Se va desolando la corte de Nara
de mis amores,
Cada vez que salgo, crece mi nostalgia.

(Poemas anónimos)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un dia mas,la verdad es que hay que abrir los ojos mas que nunca,sentir mas que nunca,escuchar mas que nunca,ahora que tenemos toda la informacion frente a nosotros,ya que puede cegarnos...y hacernos olvidar lo obvio