1 abr 2007

Desahogo del alma

Desahogo del alma: el amor y la muerte en la poesía de las mujeres románticas,



por Susan Kirkpatrick.



Entre las novedades culturales que aparecen en España durante la época romántica, el auge dramáticoen el número de publicaciones firmadas por mujeres es una de las más notables. Sólo dos o tres colecciones de poesía escrita por mujeres se editaron durante las cuatro primeras décadas del siglo. [...] La fecha sugiere cuáles fueron las condiciones que animaban a estas mujeres a dar sus producciones literarias al público: el asentamiento de la ideología liberal y la estética romántica en la vida política y cultural española.



Como si fuesen conscientes de que la mujer empezaba a hablar después de siglos de quedarse callada, las escritoras del diecinueve veían su poesía como una forma de desahogo. Al introducir una oclección de sus versos editada en 1853, la joven Maria Teresa Verdejo y Durán (1830-1854) explica que " como las aves lanzan al viento sus trinos hijos del dolor o la alegría sin cuidarse de modular sus notas, [...] he dejado correr mi pluma al impulso de mis emociones juzgando que no merecería reprobarse tan justo desahogo del corazón." Los crítico interpretaban la poesía femenina en el mismo sentido, como expresión directa, casi no mediada por el arte, del corazón de la mujer. Así el poeta Gregorio Romero Larrañaga, al prologar la colección de otra joven, elogia sus versos como "destellos del corazón de una mujer" y como "la expansión irresistible de un alma entusiasta." A juzgar por algunos ejemplos de cartas cambiadas entre escritoras de la época, las mujeres- cada vez más de ellas entre las clases medias- que leían las poesías firmadas por otras muejres también veían allí el desahogo de un corazón gemelo.



Hay que llevar en cuenta, sin embargo, que tanto las mujeres como sus producciones poéticas estaban sujetas a fuerets presiones sociales que exigían que se conformasen a ciertas normas. Por el mero hecho de escribir y dar sus escritos a la prensa, una mujer se exponía al ridículo o a la desaprobación moral. Predominaba la noción de que el acto de escribir era incompatible con la virtud femenina. Si una mujer quería escribir sin poner en peligro su reputación moral, tenía que evitar la expresión de ideas y sentimientos no compatibles con las características de la mujer virtuosa, basadas en lo que se esperaba de la mujer de las clases medias: ser hija sumisa, esposa recatada y madre abnegada. Por eso, tenemos que leer a veces ente líneas para percibir las huella de ciertas emociones que no cabían dentro de esta pauta.



La rabia, la ambición egoísta, la inconformidad con el destino, y sobre todo la pasión erótica pocas veces fueron expesadas directamente por las poetas románticas, pero se hacen sentir a través de ciertas imágenes y asociaciones de ideas, o bien a través de un silencio.





¡Pasó aquel tiempo ya!...Pasó aquel tiempo

en que tu esclava fui...¡Hoy sin encono

puedo decirte que en tu ausencia vivo

y hallo placeres, si el placer evoco!

[...]



¡Ya para siempre adiós! ¡y ojalá nunca

recuerdes al luchar contra el insomnio,

que nadie como yo supo adorarte,

y me pagaste con mezquino dolor!



¡No lo recuerdes, no! El remordimiento

es cancer que devor ponzoñoso;

recuerda sólo que al dejar de amarte

exclamé sin rencor: ¡yo te perdono!


Angela Grassi (1823-1883) "La despedida"







[...] Y por otra parte, estos poemas revelan la importancia psicológica de la intimidad entre mujeres en la vida cotidiana durante una época en que los hombres y las mujeres habitaban casi dos mundos distintos. La mayor parte de la vida de la mujer de clase media transcurría al lado de otras mujeres en el círculo doméstico; por eso no puede sorprendernos la intensidad de las relaciones entre ellas.



Dolores Cabrera y Heredia (1826) demuestra esta intensidad en términos que rayan en lo sensual y erótico en "Un pensamiento a mi amiga doña María de la Concepción Ozcáriz":



si pudiese contemplar

tus ojos negros y bellos,

y tu frente y tus cabellos arrebatada besar

,y el viento hiciese mover

tus rizos sobre la mía...

el placer me mataría,



¡si es que nos mata el placer!


Del libro: Amor y Muerte en el Romanticismo. Fondos del Museo Romántico

Salad Fingers...por fin en Calamidad Ambigua

This is only one chapter of this great serie...the original web is www.fat-pie.com, now under construction, but u can see all of them (almost) in youtube. Good luck