21 may 2024

Gloria Fuertes

¡Qué barullo en la herida!... ¡Qué suerte si esto que siento fuera sed y se me quitara bebiendo un vaso de agua! Es entonces cuando llueve tristeza para ahogar en mi boca la palabra imposible. Intento gritar, y sólo consigo un cobarde silencio. Una tarde al llegar a casa me encontré con la sorpresa de quererte, fue una bomba en mis manos. Y yo, por si te hiere, esperando a que explote estando sola aunque me parta el pecho la locura.
Imagen: Ramón Casas