¡Oh Zeus! ¿por qué, pues, sacaste a la luz del sol a las mujeres, una calamidad ambigua para los hombres? (Eurípides,Hipólito, vv. 616-617)
Le dio la risa y dijo que acabaría con el mismísimo Dios si se ponía en su camino. Lucifer lo había intentado y había fallado, pero al fin y al cabo no era más que un hombre. Nada podía parar a esa mujer.
Vida y amores de una maligna. Fay Weldon