10 sept 2006

POR QUÉ NO SOY CRISTIANO, de Bertrand Russell.

He aquí unos fragmentos del libro:
"Creo que hay muchos puntos en los que estoy de acuerdo con Cristo, muchos más que aquellos en los que están los cristianos profesos. No sé si podría seguirlo todo el camino, pero iría con Él mucho más lejos de lo que irían la mayoría de los cristianos profesos. Recuérdese que Él dijo: "No hagais resistencia al agravio; y si alguno te hiriese en la mejilla derecha, vuelve también la otra". No es un principio ni un precepto nuevos. Lo usaron Lao-Tse y Buda quinientos o seiscientos años antes de Cristo, pero este principio no lo aceptan los cristianos. no dudo de que el actual primer ministro, por ejemplo, es un cristiano muy sincero, pero no les aconsejo que vayan a abofetearlo. Creo que descubrirían que él pensaba que el texto tenía un sentido figurado".
¿Sobrevivimos a la muerte?
Sólo cuando pensamos en abstracto tenemos una opinión alta del hombre. De los hombres, en concreto, la mayoría de nosotros piensa muy mal. Los estados civilizados gastan más de la mitad de sus ingresos en matar a los ciudadanos de otros estados. Consideremos la larga historia de las actividades inspiradas por el fervor moral:los sacrificios humanos, las persecuciones de herejes, la caza de brujas, las masacres, hasta que se llega al exterminio a gran escala por medio de gases venenosos, [...] ¿Son estas aberraciones y las doctrinas éticas que la inspiran realmente prueba de un Creador inteligente? ¿Y podemos realemente desear que los hombres que las practicaronvivan eternamente? El mundo en que vivimos puede ser entendido como resultado de la confusión y el accidente; pero, si es el resultado de un propósito deliberado, el propósito tiene que haber sido el de un demonio. Por mi parte, encuentro el accidente una hipótesis menos penosa y más verosimil.
¿Ha hecho la religión contribuciones útiles a la civilización?
Mi punto de vista es el de Lucrecio. La considero como una enfermedad nacida del miedo, y como fuente de indecible miseria para la raza humana. No puedo, sin embargo, negar que ha contribuido en parte a la civilización. Primitivamente ayudó a fijar el calendario, e hizo que los sacerdotes egipcios escribieran la crónica de los eclipses con tal cuidado que con el tiempo pudieron predecirlos. Estoy dispuesto a reconocer estas dos contribuciones, pero no reconozco otras.
Por qué no soy cristiano.
Uno advierte, al considerar el mundo a su alrededor, que todo el progreso del sentimiento humano, que toda mejora de la ley penal, que todo paso hacia la disminución de la guerra, el mejor trato hacia otras razas, que toda mitigación de esclavitud, que todo pregreso moral realizado en este mundo, ha sido obstaculizado por las Iglesias organizadas. Afirmo deliberadamente que la religión cristiana, tal como está organizada en iglesias, ha sido, y es aún, la principal enemiga del progreso moral del mundo.
B.R. 1957