29 jul 2024

No sé por qué me quejo



No sé por qué me quejo porque al fin estoy sola.

Y el placer de tirar la ceniza en el suelo,

sin que nadie te riña,

y untar pan en la salsa

y beberse los posos,

y limpiarse la boca con el dorso de la mano,

cantar al vagabundo porque al fin fue valiente,

ir matando los besos como si fueran piojos,

beber blanco,

pronunciar ciertas frases

decir ciertas palabras,

exponerte a que un día te borren de la nómina…

No debiera estar seria

pues vivo como quiero,

sólo que a veces tengo,

un leve sarpullido.


Gloria Fuertes

Clamor

  Alguna vez, andando por la vida,


por piedad, por amor,

como se da una fuente, sin reservas,

yo di mi corazón.


Y dije al que pasaba, sin malicia,

y quizá con fervor:

-Obedezco a la ley que nos gobierna:

He dado el corazón.


Y tan pronto lo dije, como un eco

ya se corrió la voz:

-Ved la mala mujer esa que pasa:

Ha dado el corazón.


De boca en boca, sobre los tejados,

rodaba este clamor:

-¡Echadle piedras, eh, sobre la cara;

ha dado el corazón!


Ya está sangrando, sí, la cara mía,

pero no de rubor,

que me vuelvo a los hombres y repito:

¡He dado el corazón!




Alfonsina Storni