31 may 2008

Próximo Evento: Distopía


Una distopía es una utopia negativa donde la realidad transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal, es decir, en una sociedad opresiva, totalitaria o indeseable. El término fue acuñado como antónimo de utopía y se usa principalmente para hacer referencia a una sociedad ficticia(frecuentemente emplazada en el futuro cercano) en donde las tendencias sociales se llevan a extremos apocalípticos. Wikipedia


¡Calad las bayonetas de duridio gomaespumero, es una orden!


Bien, se acerca el evento, (25, 26 y 27 de Julio)
(lo cual me recuerda que debo pagarlo, ups!)

Un breve resúmen: "Un rol en vivo futurista de chachondeo, tiros y cocido, pero con un trasfondo serio impregnado de tópicos y situaciones en torno al género de la distopía." Distopía Blog

Los marsters del universo serán Furgo, Maestro de Maestros, juez imparcial ante dramaturgos, y amigo de esos de los que uno se enorgullece. Y Mus, ser vil y bailongo, alma de eventos, si le ves, métete en su bando, no importa quién vencerá, pero su grupo será el que mejor se lo pase.

"¿Qué tipo de partida será? De interpretación pero con armas cuerpo a cuerpo (espadas, mazas, etc) y pistolas de agua (lasers) y gomaespuma (Nerfs), para recrearnos en la ultraviolencia." Distopía blog


Para más información, interesados consultar :
http://distopia-rev.blogspot.com/



Para los profanos, una breve explicación:


30 may 2008

Licaón. El primer Hombre Lobo

Ovidio afirma que llegó al punto de sacrificar a todos los extranjeros que llegaban a su casa, violando la sagrada ley de la hospitalidad.
Enterado de esta aberración, Zeus se hizo pasar por un peregrino y se hospedó en su palacio. Licaón se preparó para asesinarle, pero alertado por algunas señales divinas, quiso asegurarse antes de que el huésped no era un dios, como afirmaban sus temerosos súbditos. Para ello hizo cocinar la carne de una de sus víctimas o de un esclavo, y se lo sirvió a Zeus. Éste montó en cólera y transformó a Licaón en un lobo, incendiando después el palacio que había sido testigo de tanta crueldad.


“Él, ciertamente, sus castigos –el cuidado ese perded–
210Mas qué lo cometido, cuál sea su satisfacción, os haré
Había alcanzado la infamia de ese tiempo nuestros oídos;
deseándola falsa desciendo del supremo Olimpo
dios bajo humana imagen, lustro las tierras.


Larga demora es de cuánto mal se hallaba por todos
215enumerar: menor fue la propia infamia que la verdad.


El Ménalo había atravesado, por sus guaridas horrendo de fieras,
y con Cilene los pinares del helado Liceo:
del Árcade a partir de ahí en las sedes, y en los inhóspitos techos del tirano
penetro, cuando traían los tardíos crepúsculos la noche.


220Señales di de que había llegado un dios y el pueblo a suplicar
había empezado: se burla primero de esos piadosos votos Licaón,
luego dice: “Comprobaré si dios éste o si sea mortal
con una distinción abierta, y no será dudable la verdad.”


De noche, pesado por el sueño, con una inopinada muerte a perderme
225se dispone: tal comprobación a él le place de la verdad.


Y no se contenta con ello: de un enviado de la nación
molosa, de un rehén, su garganta a punta tajó
y, así, semimuertos, parte en hirvientes aguas
sus miembros ablanda, parte los tuesta, sometiéndolos a fuego.


230Lo cual una vez impuso a las mesas, yo con mi justiciera llama
sobre unos penates dignos de su dueño torné sus techos.

Aterrado él huye y alcanzando los silencios del campo
aúlla y en vano hablar intenta; de sí mismo
recaba su boca la rabia, y el deseo de su acostumbrada matanza
235usa contra los ganados, y ahora también en la sangre se goza.


En vellos se vuelven sus ropas, en patas sus brazos:
se hace lobo y conserva las huellas de su vieja forma.


La canicie la misma es, la misma la violencia de su rostro,
los mismos ojos lucen, la misma de la fiereza la imagen es.


240Cayó una sola casa, pero no una casa sola de perecer
digna fue. Por doquiera la tierra se expande, fiera reina la Erinis.


Para el delito que se han conjurado creerías; cumplan rápido todos,
los que merecieron padecer, así consta mi sentencia, sus castigos.”



Ovidio, Metamorfosis.






Una Pandilla Alucinante.