30 may 2008

Licaón. El primer Hombre Lobo

Ovidio afirma que llegó al punto de sacrificar a todos los extranjeros que llegaban a su casa, violando la sagrada ley de la hospitalidad.
Enterado de esta aberración, Zeus se hizo pasar por un peregrino y se hospedó en su palacio. Licaón se preparó para asesinarle, pero alertado por algunas señales divinas, quiso asegurarse antes de que el huésped no era un dios, como afirmaban sus temerosos súbditos. Para ello hizo cocinar la carne de una de sus víctimas o de un esclavo, y se lo sirvió a Zeus. Éste montó en cólera y transformó a Licaón en un lobo, incendiando después el palacio que había sido testigo de tanta crueldad.


“Él, ciertamente, sus castigos –el cuidado ese perded–
210Mas qué lo cometido, cuál sea su satisfacción, os haré
Había alcanzado la infamia de ese tiempo nuestros oídos;
deseándola falsa desciendo del supremo Olimpo
dios bajo humana imagen, lustro las tierras.


Larga demora es de cuánto mal se hallaba por todos
215enumerar: menor fue la propia infamia que la verdad.


El Ménalo había atravesado, por sus guaridas horrendo de fieras,
y con Cilene los pinares del helado Liceo:
del Árcade a partir de ahí en las sedes, y en los inhóspitos techos del tirano
penetro, cuando traían los tardíos crepúsculos la noche.


220Señales di de que había llegado un dios y el pueblo a suplicar
había empezado: se burla primero de esos piadosos votos Licaón,
luego dice: “Comprobaré si dios éste o si sea mortal
con una distinción abierta, y no será dudable la verdad.”


De noche, pesado por el sueño, con una inopinada muerte a perderme
225se dispone: tal comprobación a él le place de la verdad.


Y no se contenta con ello: de un enviado de la nación
molosa, de un rehén, su garganta a punta tajó
y, así, semimuertos, parte en hirvientes aguas
sus miembros ablanda, parte los tuesta, sometiéndolos a fuego.


230Lo cual una vez impuso a las mesas, yo con mi justiciera llama
sobre unos penates dignos de su dueño torné sus techos.

Aterrado él huye y alcanzando los silencios del campo
aúlla y en vano hablar intenta; de sí mismo
recaba su boca la rabia, y el deseo de su acostumbrada matanza
235usa contra los ganados, y ahora también en la sangre se goza.


En vellos se vuelven sus ropas, en patas sus brazos:
se hace lobo y conserva las huellas de su vieja forma.


La canicie la misma es, la misma la violencia de su rostro,
los mismos ojos lucen, la misma de la fiereza la imagen es.


240Cayó una sola casa, pero no una casa sola de perecer
digna fue. Por doquiera la tierra se expande, fiera reina la Erinis.


Para el delito que se han conjurado creerías; cumplan rápido todos,
los que merecieron padecer, así consta mi sentencia, sus castigos.”



Ovidio, Metamorfosis.






Una Pandilla Alucinante.

4 comentarios:

Dídac dijo...

Yo soy más de Jinroh, los lobos que se hacen pasar por hombres para que éstos no les cacen. Siempre me ha parecido estar más acorde con la realidad que Licaón (¿no es de donde viene "Licántropo"?), el Gaueko, o el monstruo de Gevaudan.

Nos temen más ellos a nosotros que nosotros a ellos, pero tenemos la necesidad de creernos víctimas, no depredadores, para poder creer en nuestra ansia de extinguirlos...

Calamidad Ambigua dijo...

Bueno, vi una vez un documental de un hombre en California? que se creía gato, se había operado pómulosy se había injertado bigotes de gato.
Mirando su foto me recuerda más bien al malo de "Sonámbulos" (gran peli de sustos)

Artorius Magister dijo...

¡El pacto de los lobos!

Aparte de la sintaxis, me quedo con la transformación en sí. En otras, es un castigo, pero aquí casi parece una adecuación mórfica a la naturaleza del cruel personaje.

Calamidad Ambigua dijo...

"aúlla y en vano hablar intenta; de sí mismo
recaba su boca la rabia, y el deseo de su acostumbrada matanza
235usa contra los ganados, y ahora también en la sangre se goza. "

Aunque no dice nada de luna llena, balas de plata, el single de "La Unión"..sería curioso seguir el mito.