Crítica de Arte
CHOP SUEY DE ANOMALÍA LEGAL EXTRAORDINARIA
Harun Farocki: “Pensaba que veía presidiarios”
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Del 24 de enero al 17 de abril de 2006
“Father into your hands I commend my spirit…Father into your hands… Why have you forsaken me?”
Chop Suey, System of a Down
Padre en tus manos encomiendo mi espíritu, Padre en tus manos… ¿Por qué me has abandonado? Con estas palabras Jesucristo se quejaba inútilmente a su Padre, ya en la agonía. De igual modo deben rezar al dios en el que crean los reclusos de la Prisión de Máxima Seguridad de Corcoran, en California. Y debe de ser el credo de Guantánamo, a la que el primado de la Iglesia Anglicana Rowan Williams se refiere como “anomalía legal extraordinaria”.
Estados Unidos, una “Californication” donde el “hard core” y el “soft porn” conviven. Hipócritas asesinos de derechos fundamentales. Donde la Pena de Muerte no está abolida, financiadores de terroristas a los que habría que recordar aquel viejo refrán de “Cría cuervos y te sacarán los ojos”, o “Las Yamasaki”, si lo modernizamos. En resumen, una inconsciencia social absoluta, que denuncia Harun Farocki en esta obra.
Según se nos comunica al final de la grabación, el modus operandi ha variado, ya han dejado de matar para pasar a envenenar, sin mencionar si han dejado de hacer apuestas los guardianes de tan lícito lugar. Quizás el perfil de estos seres encajaba mejor con la política a seguir en Guantánamo, donde un reciente informe revela graves maltratos a un prisionero de la base naval estadounidense, famosa por el respeto y devoción que muestran por la legalidad también.
¿Y qué opinión tenemos nosotros de lo que hemos visto? Realmente un museo no debe de incitar a la crítica o al enfado, cuando según lo observado predomina el silencio. Si acaso unos tacones lo rompen, un estornudo, pero desde que corres la cortina negra que separa el luminoso pasillo del antiguo hospital del Reina Sofía para introducirte en el mundo que nos quiere mostrar Farocki, las caras van mostrando asombro, interés por entender el inglés hasta que ves que te lo traduce el texto, para derivar a una faz de preocupación y tristeza que termina cuando de nuevo se atraviesa el negro umbral. Y dices: ¿qué tarde es no? ¿En qué te vas a casa?
¿Cuestionamos si es un montaje? ¿Por qué nadie se asombra o espontáneamente da signos de alguna reacción en contra? Ni yo me he preguntado si era mentira. No me imagino mañana cruzándome con Randall, y creo que vosotros tampoco.
Nos dice Farocki que hoy en lugar de armas de fuego los guardianes usan chorros de agua mezclados con productos químicos que los incapacitan. Pero qué sabrá él, no me parece difícil ocultar una muerte en esas condiciones, un suicidio, quizás el forense de la cárcel también juegue sus apuestas.
En cuanto a las víctimas, se ha de estar muy desesperado para formar parte de una mara o de una mafia, pero no debe ser muy alentador que el gobierno encargado que de velar por ti y reinsertarte algún día avive más el fuego en el que estás inmerso. Si tras la muerte de Randall no hubo más asesinatos por parte de los guardianes, dato que no nos revela el cineasta, dentro de la cárcel de “máxima seguridad” de Corcoran, apostaría esta vez yo a que sí los hubo fuera.
“Máxima Seguridad”: Para el Estado obviamente: “Estén ustedes tranquilos, que si no los condenamos a muerte nos encargamos de ahorrar electricidad y nos los cargamos de un tiro.”
“Pensaba que veía presidiarios” ¿Y qué viste? ¿Monos de feria? ¿Gallos de pelea? ¿Peleas clandestinas de perros? No puedo describir con facilidad lo que he visto, pero si la sensación de impotencia que me ha creado. No creo que un museo sea el lugar para mostrar estas grabaciones. No creo que sea arte. Es realidad, supongo que ahora entraríamos en el debate de la posible manipulación de la cámara, de la autoría y la subjetividad. Pero no tengo constancia de que se haya preguntado a la familia de Randall si es que ese desgraciado tenía, si le gustaría que se repusiese una y otra vez su muerte para nuestra recreación. A Isabel Pantoja seguro que no, visto la que arma en los aniversarios de la trágica muerte de Paquirri.
“I don't think you trust in my self-righteous suicide." Continúa la canción, en verdad saben que pelear puede significar su fin, una gloriosa muerte, unos kamikaces sin nada que perder, sin nada que ganar.
“Cómo ven, este es el pintón de la mexican mafia... representando a un carnalito que también falleció también por las riñas que se hacen aquí, en el sol por los pleitos de “Los tres puntos” ” Algo parecido dirían de él. Nada más, Farocki no nos cuenta nada de las vidas de esos presos ni por qué están allí. Nos deja lo sensacionalista, lo impactante, y lo presenta a crítica y público.
En cuanto a la sociedad en la que esto se da, hombre, yo creo que hay un punto intermedio entre acercar los presos terroristas al País Vasco y dejar que se maten entre ellos. Pero la sociedad americana escucha como un representante de una de las más importantes iglesias, (no la única, ya que allí existe la “tele-fe”, canales y canales de evangelizadores por vía satélite…) denomina a la vergonzosa situación que hoy se está dando en Guantánamo, un escándalo para lo derechos humanos, donde centenares de personas de unas 35 nacionalidades distintas continúan, de hecho, recluidas en un agujero negro jurídico, sin acceso en muchos casos a un tribunal ni a un abogado y sin visitas de su familia, como “anomalía legal extraordinaria”.
¿Qué quiere decir con anómalo: que es raro que se critique, que salga a la luz? ¿O que es extraordinario que se de en suelo cuestionablemente “estadounidense”? Incluso tendría que darle las gracias por su ironía y haberme facilitado a través del periódico el título para esta crítica.
Harun Farocki: “Pensaba que veía presidiarios”
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Del 24 de enero al 17 de abril de 2006
“Father into your hands I commend my spirit…Father into your hands… Why have you forsaken me?”
Chop Suey, System of a Down
Padre en tus manos encomiendo mi espíritu, Padre en tus manos… ¿Por qué me has abandonado? Con estas palabras Jesucristo se quejaba inútilmente a su Padre, ya en la agonía. De igual modo deben rezar al dios en el que crean los reclusos de la Prisión de Máxima Seguridad de Corcoran, en California. Y debe de ser el credo de Guantánamo, a la que el primado de la Iglesia Anglicana Rowan Williams se refiere como “anomalía legal extraordinaria”.
Estados Unidos, una “Californication” donde el “hard core” y el “soft porn” conviven. Hipócritas asesinos de derechos fundamentales. Donde la Pena de Muerte no está abolida, financiadores de terroristas a los que habría que recordar aquel viejo refrán de “Cría cuervos y te sacarán los ojos”, o “Las Yamasaki”, si lo modernizamos. En resumen, una inconsciencia social absoluta, que denuncia Harun Farocki en esta obra.
Según se nos comunica al final de la grabación, el modus operandi ha variado, ya han dejado de matar para pasar a envenenar, sin mencionar si han dejado de hacer apuestas los guardianes de tan lícito lugar. Quizás el perfil de estos seres encajaba mejor con la política a seguir en Guantánamo, donde un reciente informe revela graves maltratos a un prisionero de la base naval estadounidense, famosa por el respeto y devoción que muestran por la legalidad también.
¿Y qué opinión tenemos nosotros de lo que hemos visto? Realmente un museo no debe de incitar a la crítica o al enfado, cuando según lo observado predomina el silencio. Si acaso unos tacones lo rompen, un estornudo, pero desde que corres la cortina negra que separa el luminoso pasillo del antiguo hospital del Reina Sofía para introducirte en el mundo que nos quiere mostrar Farocki, las caras van mostrando asombro, interés por entender el inglés hasta que ves que te lo traduce el texto, para derivar a una faz de preocupación y tristeza que termina cuando de nuevo se atraviesa el negro umbral. Y dices: ¿qué tarde es no? ¿En qué te vas a casa?
¿Cuestionamos si es un montaje? ¿Por qué nadie se asombra o espontáneamente da signos de alguna reacción en contra? Ni yo me he preguntado si era mentira. No me imagino mañana cruzándome con Randall, y creo que vosotros tampoco.
Nos dice Farocki que hoy en lugar de armas de fuego los guardianes usan chorros de agua mezclados con productos químicos que los incapacitan. Pero qué sabrá él, no me parece difícil ocultar una muerte en esas condiciones, un suicidio, quizás el forense de la cárcel también juegue sus apuestas.
En cuanto a las víctimas, se ha de estar muy desesperado para formar parte de una mara o de una mafia, pero no debe ser muy alentador que el gobierno encargado que de velar por ti y reinsertarte algún día avive más el fuego en el que estás inmerso. Si tras la muerte de Randall no hubo más asesinatos por parte de los guardianes, dato que no nos revela el cineasta, dentro de la cárcel de “máxima seguridad” de Corcoran, apostaría esta vez yo a que sí los hubo fuera.
“Máxima Seguridad”: Para el Estado obviamente: “Estén ustedes tranquilos, que si no los condenamos a muerte nos encargamos de ahorrar electricidad y nos los cargamos de un tiro.”
“Pensaba que veía presidiarios” ¿Y qué viste? ¿Monos de feria? ¿Gallos de pelea? ¿Peleas clandestinas de perros? No puedo describir con facilidad lo que he visto, pero si la sensación de impotencia que me ha creado. No creo que un museo sea el lugar para mostrar estas grabaciones. No creo que sea arte. Es realidad, supongo que ahora entraríamos en el debate de la posible manipulación de la cámara, de la autoría y la subjetividad. Pero no tengo constancia de que se haya preguntado a la familia de Randall si es que ese desgraciado tenía, si le gustaría que se repusiese una y otra vez su muerte para nuestra recreación. A Isabel Pantoja seguro que no, visto la que arma en los aniversarios de la trágica muerte de Paquirri.
“I don't think you trust in my self-righteous suicide." Continúa la canción, en verdad saben que pelear puede significar su fin, una gloriosa muerte, unos kamikaces sin nada que perder, sin nada que ganar.
“Cómo ven, este es el pintón de la mexican mafia... representando a un carnalito que también falleció también por las riñas que se hacen aquí, en el sol por los pleitos de “Los tres puntos” ” Algo parecido dirían de él. Nada más, Farocki no nos cuenta nada de las vidas de esos presos ni por qué están allí. Nos deja lo sensacionalista, lo impactante, y lo presenta a crítica y público.
En cuanto a la sociedad en la que esto se da, hombre, yo creo que hay un punto intermedio entre acercar los presos terroristas al País Vasco y dejar que se maten entre ellos. Pero la sociedad americana escucha como un representante de una de las más importantes iglesias, (no la única, ya que allí existe la “tele-fe”, canales y canales de evangelizadores por vía satélite…) denomina a la vergonzosa situación que hoy se está dando en Guantánamo, un escándalo para lo derechos humanos, donde centenares de personas de unas 35 nacionalidades distintas continúan, de hecho, recluidas en un agujero negro jurídico, sin acceso en muchos casos a un tribunal ni a un abogado y sin visitas de su familia, como “anomalía legal extraordinaria”.
¿Qué quiere decir con anómalo: que es raro que se critique, que salga a la luz? ¿O que es extraordinario que se de en suelo cuestionablemente “estadounidense”? Incluso tendría que darle las gracias por su ironía y haberme facilitado a través del periódico el título para esta crítica.
Comentarios
;)
(gracias)
Quizá ver la muerte de alguien nos resulte inmoral por nuestro condicionamiento cultural y simplemente sea un evento cosmológicamente neutro, natural... verlo podría ser útil, podría enseñarnos algo... ver la muerte de alguien puede enseñarnos algo... voy a arriesgarme a decir que la utilidad o la inmoralidad está en la actitud del receptor frente a la obra... si la comtemplas con morbo eres un inmoral, pero si te aflije la muerte de un semejante y te pones en contacto con Amnisitia Internacional y colaboras en lo poco que puedas con ello es posible que la obra tendrá utilidad.
http://web.amnesty.org/pages/usa-100106-action-esl
La intención del artista es algo que no me importa nada. La obra de arte en sí supera al artista, mero charlatán vendecristales... y a la crítica, cuya única utilidad que se me ocurre es la de proteger el suelo cuando chorrea la pintura.
Perdón por la hipérbole, je,je!!!
Lo que sí es verdad es que la crítica es una actividad que puede ser bastante esteril. Para evitar esto vuelvo a insistir en que visites http://web.amnesty.org/pages/usa-100106-action-esl
Gracias a las horribles fotografías de la cárcel de Abu Ghraib se ha conseguido el cierre de dicha prisión. http://www.diariodeleon.es/se_internacional/noticia.jsp?CAT=103&TEXTO=4586234
El activismo es arte fértil, frente a la estéril estética del arte de decorar los lofts de los burgueses.
Un beso, reina.
Creo que debería haber hecho que se sacase en el telediario, no en un entorno artístico. Por otro lado, me alegro de que haya expuesto eso porque a su vez, gracias a ello hoy tú y yo estamos debatiendo el tema y quizá sirva de algo.
La crítica es tener algo que decir, y nunca está de más, a veces necesito un espacio o un modo de expresión, y si de ello se puede vivir...me encantaría apuntarme!! :P
Gracias de todas formas por leerlo y miraré tu enlace. Un besazo!