No necesito odiar
No necesito odiar a mi insultante. No necesito la noche del sábado ir a misa, yo sólo necesito ver tu risa y escribir esta noche este poema que no haya escrito nadie antes de ahora. Necesito ser tu productora y poner a tu nombre mis caudales, son arroyos pequeños, limpios ¿sabes? caudales—llanto —puro y poesía—. Sé que con poesía no se come no se come no, pero se ama, no es necesario no, irse a la cama, aquí no pintan oros pintan manos, es extraña baraja, es un juego de niños, es juntar y pesar muchos cariños y ver que sólo el nuestro tiene alas. Te escribo puesta en pie y en madrugada apenas pasa un coche pasa un viento, mi corazón estalla de contento, yo recito tu nombre tú me escuchas. La distancia no existe, aunque ya es mucha, te siento por mi alma acariciando el límite. Siénteme tú ahí trabajando a deshora, derribando yo sola, el imposible. Gloria Fuertes