BONJOUR, MONSIEUR


Me apresuré a decir

como primer saludo.

Tú, tendiendo la mano,

comenzabas el día

como si lo inicial fuera distinto.

La fachada de enfrente

y algún rayo de sol

alegran la costumbre.

El tiempo se detiene.


Estaba él y no faltaba nada.


Dionisia García




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