Henry Miller



"Después de haber echado una carta, subía al piso de arriba y me tumbaba junto a mi mujer y, con los ojos bien abiertos fijaba la vista en la oscuridad, como intentando leer mi futuro. Me decía una y otra vez que, si un hombre, un hombre sincero y desesperado como yo, ama a una mujer con todo su corazón, si es capaz de cortarse las orejas y enviárselas por correo, si es capaz de sacarse la sangre del corazón y volcarla en el papel, saturar a esa mujer con su necesidad y anhelo, asediarla eternamente, no puede ser que ella lo rechace. El hombre más feo, más débil, el hombre más indigno ha de triunfar por fuerza, si está dispuesto a dar hasta la última gota de su sangre. Ninguna mujer puede rechazar el don del amor absoluto"

Comentarios

realista ha dicho que…
Totalmente en desacuerdo. Vale que pueda aplicarse a la mujer de principios del siglo XX y sus circunstancias, pero ahora, te lo digo por experiencia, para una mujer (y más todavía, joven) de ahora es lo peor que puedes hacer... Aunque diga lo contrario..."Peor que clavarte un tenedor mientras sonries"...

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