10 sept 2007

Góngora


Soneto XIII


A Dafne ya los brazos le crecían

y en luengos ramos vueltos se mostraban;

en verdes hojas vi que se tornaban

los cabellos qu'el oro escurecían;


de áspera corteza se cubrían

los tiernos miembros que aun bullendo 'staban;

os blancos pies en tierra se hincaban

y en torcidas raíces se volvían.


Aquel que fue la causa de tal daño,

a fuerza de llorar, crecer hacía

este árbol, que con lágrimas regaba.


¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,

que con llorarla crezca cada día

la causa y la razón por que lloraba!






Bernini

4 comentarios:

Dídac dijo...

Sorprendido me quedo. No acostumbras a estas manifestaciones de romanticismo, pero llevas varios días que cuelgas cosas "hermosas" en lugar de reflexiones filosóficas o artísticas (entre Lorca, Neruda y éste de Góngora) a las que me tienes acostumbrado. Comienzo a sospechar de que estás más enamorada que de costumbre, o que existe alguien nuevo pululando por tus pensamientos.

Por otra parte, Apolo se merece su condena. Es lo que ocurre cuando lloras a una mujer: que ésta se hace más fuerte, y tú más desdichado.

Calamidad Ambigua dijo...

Sí, lo estoy. De la forma más ridícula en la que se puede estar, pero como ya dijo Pessoa...Todas las palabras esdrújulas,como los sentimientos esdrújulos,
son naturalmente ridículas.

Buena percepción :P

Dídac dijo...

Intuición masculina.

Eso de los sentimientos esdrújulos... ¿No lo comentaste tú misma en este mismo blog, tiempo ha?

De todas formas, el amor es ridículo y egoista, puesto que amar nos hace felices, y por eso amamos.

Y cuando amamos tanto como para sufrir a cambio de la felicidad ajena, para que esa felicidad nos haga felices. Sufrimos en la felicidad. ¿No es la ironía más hermosa del mundo?

Calamidad Ambigua dijo...

Sí, lo incluí en "Todas las cartas de amor son ridículas".

Y sobre si es la ironía más hermosa del mundo... LO ES



(segunda parte de Las cenizas de Ángela, precioso libro)