14 ene 2008

"Los pingüinos"

"Anatole France relata en su parábola La Isla del Pingüino cómo el viejo monje ciego San Mael bautizó inadvertidamente a un grupo de pingüinos, confundiéndolos con seres humanos.

Cuando las noticias llegaron al cielo, no causaron alegría ni pena, sino una tremenda sorpresa.
Resultó embarazoso para el Señor mismo. Celebró una asamblea con clérigos y doctores, y les pidió una opinión sobre la delicada cuestión de si, desde ese momento, se debería dotar de alma a los pájaros ( N. del T: de aquí que me haya venido a la mente éste fragmento al leer tu post).

Era un asunto de importancia más que teórica. "La condición de cristiano" observó San Cornelio, "tiene serios inconvenientes para un pingüino... Las costumbres de los pájaros son, en muchos aspectos, contrarias a los mandamientos de la Iglesia".

Después de una larga discusión, los doctos padres de la Iglesia llegaron a un acuerdo. Los pingüinos bautizados tendrían garantizadas sus almas, pero, por recomendación de Santa Catalina, sus almas deberían ser de pequeño tamaño.

[...] Al tratar la posibilidad de que otros animales sean conscientes, hay que ponerse en guardia ante lo que podríamos llamar "el error de Santa Catalina": suponer que la capacidad de conciencia puede existir en muy diversos tamaños. [...] El hecho es que puede que la conciencia exista en un sólo tamaño: el nuestro"


(de N. HUMPHREY, sea quien sea, en La mirada interior)


Dídac

8 comentarios:

interpreta-sones dijo...

yo pensaba que la conciencia era una cosa muy chiquita, del tamaño de un grillo vamos (pepito, para más señas), pero con una gran capacidad de ensanchamiento cuando algo nos parece injusto, o nos indigna. si alguien está incapacitado para ensanchar es cuando decimos que "no tiene conciencia".

Calamidad Ambigua dijo...

No se la de los demás, pero la mía es esa que hace que me duela el estómago cuando he hecho algo mal, vamos, lo que se solía llamar dios vengativo, pero situado por la zona de mi ombligo.

También es la que me hace sonreir en el tren camino a casa cuando he hecho bien las cosas.

Con lo que creo que se podría hablar de consciencia como reacción psicosomática.

Me gusta también proyectarla a la manera de los Toons, con un diablillo susurrándome y riendo en una oreja y al otro lado un ser blanquito con alas advirtiéndome.

Veis? Por eso transcribo lo que otros dicen/han escrito en el blog, si me expresase yo directamente no me tomaríais en serio :)

Dídac dijo...

Para mí son dos voces en mi cabeza. Aunque no son para nada Toons: son voces muy serias, de traje y corbata, capaces de señalar hasta el último de mis errores, sin piedad alguna para ninguna para la otra parte, o para mí.

Duffne conoce lo que hago para tratar de librarme de ellas. Aun no lo he conseguido.

Algún día una tortuga aprenderá a volar.

Dídac dijo...

A todo ésto... Tu opinión es tan válida como la de Voltaire en éstos temas. Como en el alma, no tenemos otra cosa que el tiempo que empleamos en meditar cuestiones tan etéreas como preocupantes para el ánimo...

Calamidad Ambigua dijo...

Realmente Voltaire tenia más tiempo, vivía de las rentas.

Dídac dijo...

Poco tiempo da lugar a reflexiones. Mucho tiempo, a enciclopedias.

Calamidad Ambigua dijo...

Partiendo de una inteligencia extrema, claro está, y muy bien aprovechada. Porque hay merluzos con mucho tiempo y no contribuyen al saber general.

Dídac dijo...

Touche. No puedo contraargumentar tal afirmación.